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Vivir o Sobrevivir

la gente que vive en la calle vive o sobrevive? Los que tienen un empleo con salario minimo viven o sobreviven? Se me ocurre la pregunta a proposito que escuchaba a un empleado que deberia ser lider en la empresa donde trabajo que me decia no me interesa los trabajadores me interesa atraer a los clientes. Luego me pregunto estamos viviendo o sobreviviendo y ademas con este tipo de trato de mentes cerradas y disminuidas de facultades de pensamiento. Quizas un poco somos culpables todos los que estamos en esta situacion de depender de un empleo que no paga mas que el salario minimo que no alcanza para vivir. Vendemos nuestro tiempo, nos vendemos, entregamos nuestro trabajo cambio de un salario cada dia mas exiguo y se nos ve cada vez mas como herramientas, como medios de produccion de riquezas sin que nada de esa riqueza sea nuestra.

El Jorobado

El jorobado Tenemos que aprender a ver... pues lo más importante, sólo se ve con los ojos del alma. En un pueblo había un hombre que era todo bondad y que dedicaba su tiempo a ayudar a los demás. Pero ocurre que ese hombre, que siempre vestía con una capa larga hasta los tobillos, llevaba debajo de esa prenda una enorme joroba. Su aspecto era bello pero aquella joroba lo transformaba en un ser deforme y casi toda la gente del lugar se burlaba de él, le palmeaban la giba entre risotadas y no lo tenían en cuenta para nada a pesar de que él tenía en cuenta a todos y a cada uno, preocupándose y ayudándolos. Algunos, incluso, si estaban de malhumor le arrojaban piedras porque no les gustaba tener cerca a alguien a quien veían como una especie de monstruo. "Por algo será que Dios lo castigó de esa manera decían algunos que, por supuesto, desconocían si existía ese "algo" al que hacían mención.  El hombre de la joroba, mientras tanto, bajaba la cabeza y jamás resp...

Todo el que lee crece

Libros en PDF

Sabio es el Tiempo y cruel al mismo tiempo

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“Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Y uno aprende que el amor no significa acostarse, y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender… Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes… y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad. Y uno aprende que si es demasiado hasta el calor del sol puede quemar. Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende… y así cada día. Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu p...

la novia de tola

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La Novia de Tola  Una historia muy nicaragüense A sólo 13 kilómetros al norte de Rivas se encuentra un pequeño pueblo que debe su fama a un hecho histórico, que en su momento fue el mayor escándalo social de la época, a tal punto que de él se han creado versiones que rayan en lo mítico y lo folklórico, pero que en el poblado todavía quedan personas que dan fe de que aquí nació la verdadera historia de la Novia de Tola. Existen varias versiones sobre la historia de la novia de Tola, pero todas coinciden en que el propio día del matrimonio de una joven llamada Hilaria con su prometido Salvador Cruz, éste la dejó plantada esperando frente a la iglesia porque otra señora con la que tenía amoríos y que vivía en las afueras del caserío se le adelantó y le frustró la boda. Según una de las versiones, Hilaria estaba feliz con los preparativos de su boda que para ella sería con el amor de su vida. El oficio religioso estaba previsto a realizarse en Belén, ya que para entonces...

Oyanka

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LA PRINCESA CONVERTIDA EN MONTAÑA Por Carlos Rey Allá por 1550, los indígenas matagalpas habitaban en el valle de Sébaco, bajo el liderazgo del cacique Yamboa. Habían encontrado yacimientos de oro en una cueva en las montañas cercanas hacia el norte del poblado. Pero guardaban el secreto, y con mayor determinación cuando supieron que los españoles lo buscaban con desenfrenada ambición. Al llegar los soldados españoles, descubrieron que algunas indígenas relacionadas con el cacique lucían collares con pepitas de oro que eran tan grandes como las semillas de tamarindo. El cacique hizo varios regalos de grandes cantidades de tamarindos de oro para el rey de España. Pero eso no hizo más que despertar la ambición de los conquistadores, quienes establecieron una guarnición de soldados muy cerca del poblado. En eso llegó de Córdoba, España, un joven llamado José, que acababa de cumplir los veinte años, y pidió permiso para quedarse allí en Sébaco. Después de ubicarse e investig...